Ulises Ruiz es intocable para el PRI. El señalado como “golpeador” por sus adversarios y ha sobrevivido a nueve dirigentes nacionales que, desde 2012, no han dado el paso para sacarlo de sus filas. Fue 2006 el año que marcó la gestión del entonces gobernador de Oaxaca.

El informe final de la Comisión de la Verdad de Oaxaca detalla cómo una protesta de integrantes de la CNTE que llevaba 23 días en el Zócalo de Oaxaca derivó en un violento desalojo, que desató un conflicto social y político que se extendió hasta 2007.

En casi seis meses de movilizaciones, se reportaron 30 ejecuciones extrajudiciales, 311 detenciones arbitrarias, 381 lesionados, 248 casos de tortura y la desaparición forzada de dos personas.

La Comisión de la Verdad de Oaxaca falló contra Ruiz, a quien acusó de delitos de “lesa humanidad como lo fueron desapariciones forzadas, asesinatos extrajudiciales y detenciones arbitrarias con tortura ocurrido durante la revuelta social del 2006”.

Además, exigió la inhabilitación de otros 45 funcionarios, entre ellos el fiscal general de justicia de Oaxaca, Joaquín Carrillo, a quien se señaló de obstaculizar el debido proceso contra indiciados.

En 2008, representantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca presentaron una denuncia penal en la entonces PGR contra Ruiz y sus ex funcionarios estatales.

En la querella, se les señaló como responsables de los delitos de tentativa de homicidio calificado, abuso de autoridad, tortura física, moral, psicológica, trato cruel, inhumano y degradante, coalición de servidores públicos y lesiones; no obstante, libró la cárcel.

Pese a los delitos acreditados, en agosto de 2010 Ruiz fue exonerado por el Congreso estatal de enfrentar un juicio político por presuntas violaciones a los derechos humanos en 2006.

En 2012, priistas presentaron denuncias contra él ante la Comisión de Justicia Partidaria por su oposición y activismo contra la nominación a candidato presidencial de Enrique Peña Nieto.

Una vez que el priista llegó al Ejecutivo, Ruiz hizo mutis hasta 2015, cuando buscó una candidatura para diputado federal; sin embargo, le fue negada por la dirigencia, en ese momento encabezaba César Camacho Quiroz.

En 2016, a la llegada de Enrique Ochoa a la presidencia del PRI, Ruiz manifestó su descontento por el “dedazo”, y cuestionó su militancia partidaria.

En 2018 volvió a buscar una posición en el Congreso, pero le fue negado el espacio por René Juárez y, tras los pésimos resultados presidenciales de ese año, pidió la renuncia del también ex gobernador de Guerrero.

Al año siguiente contendió por la dirigencia contra Alejandro Moreno e Ivonne Ortega.

Ruiz presentó ante la FGR una denuncia contra Moreno por enriquecimiento ilícito y exigió investigar la compra de sus casas y terrenos en Campeche a su paso por la gubernatura; actualmente, junto a Nallely Gutiérrez, encabeza una rebelión contra él.

Así, pese a los encontronazos que ha mantenido con dirigentes de su partido, su carpeta de expulsión sigue desde hace ocho años en la Comisión de Justicia Partidaria, misma que sí ha logrado la salida de otros ex mandatarios como Roberto Borge, César Duarte y Javier Duarte. 

fuente staff

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