ArchivoEl ciclo escolar 2020-2021 se extingue y Fabiola se siente dividida. Está satisfecha de que su hija Sofía, de siete años, respondió muy bien su examen de matemáticas y demostró que si sabía las tablas de multiplicar aunque nunca la escuchó repasarlas.
Pero cuando analiza su función como “maestra”, admite que no pudo suplir a quienes se formaron como docentes: “mi hija se desesperaba mucho conmigo y me decía así no, porque así no me enseña la maestra”.
Aún con las limitaciones técnicas y de conectividad que compartían sus compañeros del segundo grado, la profesora de Sofía daba al menos dos horas de clase por Zoom y el resto de la mañana era para que sus alumnos lo destinaran a cumplir las actividades, pero las mamás y papás tenían hasta la noche de ese día para mandar las evidencias.
“El viernes no había clases, porque era cuando las mamás o papás que se atrasaron podían mandar los trabajos que no se habían enviado en la semana”, dice con la certeza de que estas vacaciones de verano durarán casi dos meses.
“Yo quiero que el ciclo escolar sea de manera presencial porque así, a distancia, no aprenden bien con nosotros o no les enseñan cómo es, pero por otro está muy feo y a que se enfermen o pase otra cosa, mejor que no vaya”, opina.
La incertidumbre de saber si el ciclo 2021-2022 será presencial es una constante entre las familias con hijos o hijas en edad escolar, aunque en escuelas particulares ya promocionan la venta de paquetes de uniformes de libros de texto.
“Tenemos que pagarlos antes del 30 de julio, pero yo no quiero comprar nada de uniformes hasta estar segura si van a regresar a las aulas porque es un gasto”, considero Alondra, cuyo hijo David pasa a tercer grado.
Cuando hace un balance de lo logrado en el ciclo escolar considera que fue mejor que en otras escuelas, pero a la vez “no como hubiera querido”, por lo que ha considerado regularizarlo durante estas vacaciones, pues las clases por Zoom terminaron desde este miércoles.
A la par de las clases de taekwondo que David inició en esta pandemia, Alondra planea iniciar con clases particulares de matemáticas. Una maestra irá a su casa porque “ya fue mucho tiempo ante la pantalla”.
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