Una dieta mediterránea, rica sobre todo en aceite de oliva o frutos secos como nueces, ayudaría a mejorar el funcionamiento cerebral de los adultos mayores, incluso mejor que una dieta baja en grasas típicamente recomendada para prevenir infartos cardíacos o cerebrales.
Dicha conclusión se obtuvo a partir de un seguimiento realizado por la Universidad de Navarra (España) a 522 personas de ambos sexos, de entre 55 y 80 años, sin enfermedad cardiovascular, pero con otras condiciones que implican un alto riesgo vascular, como antecedentes familiares, diabetes tipo 2, hipertensión, sobrepeso, colesterol anormal o tabaquismo.
Tras un seguimiento de alrededor de seis años, todos los participantes fueron sometidos a un test para evaluar su declinación cognitiva, como su orientación, memoria, lenguaje, pensamiento abstracto y atención.
Aquellos participantes que siguieron una dieta mediterránea obtuvieron mejores resultados que quienes recibieron una dieta baja en grasas y entre ellos se encontraron menos casos de personas que desarrollaron una alteración cognitiva moderada o incluso demencia al final del período de estudio.
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